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viernes, 22 de mayo de 2015

Inés Azul

Inés Azul
Albo, Pablo/Auladell, Pablo
Thule ediciones, 2009
+3
Inés y Miguel siempre tienen cosas que hacer. Algunas son grandes responsabilidades. Se encargan de ordenar a las hormigas que vayan en fila india, a las piedras que se estén quietas y al caracol que no corra demasiado. Cuando Miguel desaparece, Inés se pregunta dónde ha ido y no se cree que no vaya a volver, porque aún tienen muchas tareas pendientes.

Es difícil encontrar una manera más dulce y sutil de tratar el tema de la pérdida que esta historia. Inés, bajo su estrambótico sombrero, esconde preguntas y respuestas emotivas, poéticas, surrealistas... a los misterios cotidianos y sencillos que dan vida a una relación de amistad infantil, profunda, emotiva e inocente. Son reflexiones que cualquier lector u oyente de tres/seis años puede hacer suyas.
Pero lo excelente de este libro es que no solo tiene una lectura infantil. El mar está presente como lugar de encuentro de los personajes y como metáfora, con su vaivén, de la vida y de la muerte, de lo que viene y lo que se va. Y lo mismo ocurre con el azul del título, a veces triste, siempre bello en las espléndidas ilustraciones de Pablo Auladell. El lector adulto que decida navegar por sus ilustraciones y sus palabras se sentirá mecido por ellas y me atrevo a afirmar que terminará su travesía con, al menos, media sonrisa y los ojos vidriosos.

Inés Azul es una historia en la que el dolor de la pérdida se mezcla con la belleza de las imágenes escritas y pintadas para explicar que quien ya no está puede permanecer siempre que nosotros así lo queramos. Y ese cóctel emocional nos deja el sabor de lo que Jardiel Poncela, mezclando palabras en principio opuestas, llamó sonllorar: esa sensación agridulce que es más que la melancolía. 
Reseña publicada en revista Adiós nº111

miércoles, 21 de enero de 2015

Buscando a Alaska

Buscando a Alaska
John Greene
Nube de tinta
+16




Miles, de 16 años es un chico retraído, coleccionista de las últimas palabras de personajes históricos. Inquietado por las de Rabelais: “Voy en busca de un gran quizá”, decide ir a buscar su “Gran Quizá” y, para ello, se matricula en un internado el último curso de instituto. Aunque es Miles quien nos habla en primera persona y nos cuenta su historia, el personaje que vertebra toda la novela, el que hace que ocurran las cosas es Alaska Young, una joven autodestructiva, que fuma para morirse, de carácter arrollador y fascinante que será la puerta de Miles a un mundo de emociones enfrentadas, a la libertad, al placer, a la aventura y a la cara más amarga de la vida... 
Para leer más, visita el blog de la fundación Cuatrogatos

Y si te apetece escucharlo y conocer algo más a su autor visita, en Radio Nacional, La Estación Azul (a partir del minuto 23:20)

viernes, 5 de diciembre de 2014

Nana Vieja

Nana vieja
Margaret Wild/Ron Brooks
Ediciones Ekaré, 2000/2008
+3
(Reseña publicada en la Revista Adiós nº108 pp 26-27)
¿Cómo despedirse de todo aquello que se quiere? ¿Qué podemos hacer para acompañar a alguien en esta despedida? Nana Vieja y Chanchita, su nieta, llevan mucho tiempo viviendo juntas, compartiendo el día a día. Una mañana, Nana Vieja no se levanta a desayunar y Chanchita tiene que encargarse de todas las tareas. Al día siguiente, aún débil, la abuela se levanta con un montón de tareas que hacer antes de que llegue la noche.
Este álbum se ha convertido en un referente de la Literatura Infantil sobre cómo afrontar la muerte, la propia y la de alguien querido, cómo compartir ese momento que puede convertirse en el de amor máximo, tanto del que se va como hacia el que se va.
Se trata de un cuento con dos historias. Guiados por el narrador, a través de Chanchita vemos, por un lado, cómo la abuela se prepara para morir y, por otro, cómo la propia nieta vive no solo la despedida sino todo el proceso de acompañamiento a alguien que se va. El hecho de que los personajes sean animales “humanizados”, los tonos cálidos y los trazos casi impresionistas de las ilustraciones, los silencios que se intuyen... Todo aporta a una visión muy natural y afectiva de la muerte.

Poder despedirse es una suerte. Dejar las cuentas claras y todo bien atado. Llegar al final con la consciencia necesaria para poder hacerlo nos permite agradecer a la vida todo lo que hemos disfrutado con y de ella. Y acompañar a alguien en su despedida es una oportunidad única de aprender una lección, otro paso más de la vida en común, un momento que puede convertirse en un regalo cuando se da y se ofrece desde el amor que se ha compartido.
Nana Vieja es un canto a las cosas sencillas que llenan el equipaje de nuestra existencia. Una última visita, una despedida consciente que nos invita a llegar a la muerte con la mochila ligera y rebosante de sensaciones y agradecimientos a la vida.



miércoles, 12 de noviembre de 2014

Un monstruo viene a verme

Esta vez traigo al blog una reseña escrita a cuatro manos, junto a Esperanza Fabregat. Os dejo un anticipo de esta historia de final feliz donde vence el monstruo (y no es un spoiler).

Un Monstruo viene a verme
Patrick Ness
Siobhan Dobwd
Ed. Debolsillo 2012
+12

Conor tiene once años. Vive con su madre, que pelea contra un cáncer en fase muy avanzada. El monstruo del título le visita por las noches, a las doce y siete minutos. Pero él no lo teme. Tiene miedos mucho mayores que se manifiestan en una pesadilla recurrente que va revelándose a lo largo de la historia. Es más, a ese monstruo que aparece cada noche lo ha llamado Conor, eso lo sabemos desde el inicio, aunque ni el lector ni el personaje comprenda aún los motivos. El chico está convencido de que lo ha llamado para que salve a su madre pero, en realidad, ese ser casi todopoderoso acude para algo muy distinto.
La narración trata las emociones enfrentadas que provoca en un niño la próxima muerte de su madre. Y lo hace sin tapujos, sin medias tintas. Es una injusticia, un mazazo y Conor reacciona con ira, rabia, odio, dolor... porque es lo que tiene dentro: una tormenta de emociones y pensamientos contradictorios difíciles de aceptar que le hacen sentirse un mal hijo, un mal amigo, incluso un mal enemigo...

martes, 4 de noviembre de 2014

La casa 758

La casa 758
Kathryn Berla
Nube de tinta 2014
+14
(Publicada en el nº 108 de la  Revista Adiós sept-oct 2014)

Perder a alguien puede rompernos en mil pedazos y llevarnos a hacer cosas sin saber por qué. Así le ocurre a Krista que, con 15 años, perdió a su madre en un accidente de tráfico. Han pasado ya dos años y, día tras día, movida por unos sentimientos que ni siquiera ella logra entender del todo, se acerca a la casa 758, donde vive el chico que provocó el accidente.
Abandonarse a la tristeza, al odio... Alejarse de la vida -Krista lo hace trasladándose a una tienda de campaña en la azotea de su casa- y negarse a que todo continúe, son reacciones normales dentro de un duelo. Krista se preguntará cómo hacer para purgar y sanar ese odio enraizado en ella. Y llegará a la conclusión de que ayuda bastante un abuelo superviviente del holocausto, un temblor de tierra y los mágicos hoyuelos de un chico. El amor y la experiencia harán que la vida de nuevo tome las riendas y transformarán esas emociones dolorosas.
Una historia emotiva en la que, hasta que aparece el abuelo, echamos de menos algo más de complejidad en algún personaje que descargue a su protagonista y narradora de la responsabilidad de tirar ella sola del carro. A través de la narración nos preguntamos con Krista por qué, a pesar de que nos duele e incomoda, nos dejamos llevar por la ira, o preferimos a veces el daño del desprecio o el silencio en lugar de la limpieza que ofrecen el amor y la escucha.

Amor y escucha encontrará en su padre cuando desbloquean juntos el dolor, y en Jake, el chico de los mágicos hoyuelos. El abuelo, además, le mostrará la capacidad que todos tenemos para transformar. Un vaso de agua con dos cucharadas de sal es imposible de beber, pero si añades más agua, verduras y pollo, puedes lograr una sopa deliciosa. “Así que no olvides... nunca olvides. Pero añade. Añade más cosas a tu vida... un poquito de esto y un poquito de lo otro. La sal sigue ahí, pero un día no la notarás”

martes, 7 de octubre de 2014

Cuando la muerte vino a nuestra casa

Jürg Schuiberg/Rotraut Susanne Berner

Lóguez Ed. 2013

+5

Esta historia está ambientada en un lugar donde hubo un tiempo en el que no conocían a la Muerte. Por eso, aquello que podía construirse se mantenía hermoso y entero, y no necesitábamos darnos los buenos días porque todos los días eran buenos. Esta situación idílica se trunca cuando aparece un viajero como otro cualquiera que tropieza y ha de quedarse a descansar y recuperarse una noche. Y este pequeño incidente lo cambia todo de manera dramática.

Explícito y crudo en una primera lectura, este álbum ilustrado trata con exquisita sutileza las múltiples caras de una vida con sentido, viva. La Muerte rompe la calma insípida del lugar y con ello enseña a sus habitantes a sentir. En las primeras ilustraciones vemos a unos personajes planos, fríos, que no expresan absolutamente nada en su “mundo feliz” hasta que la aparición de la Muerte los despierta. Y es un despertar suave, sutil, que se manifiesta en que los dibujos empiezan a moverse, a interactuar, a sufrir y, poco a poco, expresar emociones con sus rostros. La siniestra viajera trae a ese lugar aparentemente idílico el sufrimiento, pero también la compasión y el consuelo. Llega la vida con sus claroscuros.

Después de una lectura reposada del texto y de los dibujos, aprendemos que el hecho de que las cosas se acaben, marchiten, rompan, es, al mismo tiempo lo que demuestra que están vivas. Si moriremos algún día es porque estamos vivos. Saber que tenemos un final nos permite disfrutar del día a día y del otro, preocuparnos por su salud y desearle un buen viaje. La otra opción, aparentemente feliz, es una existencia hueca, de muerto viviente, sin sentido ni sentidos. Sin vida. Si queremos vivir, es preciso asumir que somos “vivos murientes”.

jueves, 21 de agosto de 2014

Paraíso



Paraíso
Bruno Gibert
Ed. Los cuatro azules
+5
A veces, la mejor manera de tratar temas sensibles y delicados es acudir a lo cotidiano. Así ocurre con este pequeño álbum ilustrado donde un niño nos cuenta sus reflexiones a partir de la muerte de su abuelo.
El hecho de que en la historia no haya participación adulta, hace de este cuento algo más que otro libro sobre la muerte de un ser querido. El narrador es el propio niño protagonista, que nos presenta sus ideas y pensamientos en torno a la muerte preguntándose si todo el mundo va al paraíso, cómo serían las ciudades de ese lugar, o lo genial que sería renacer, siempre y cuando se pudiera elegir, claro. Para ello, el autor e ilustrador se sirve de un lenguaje y un tono infantil y cercano al pequeño lector, que fácilmente se identificará con las reflexiones del protagonista.
Pero lo más interesante de este Paraíso son sus imágenes. Los pensamientos en voz alta del protagonista están acompañados por iconos que el lector, sea cual sea su edad, puede fácilmente reconocer. A veces obvios, otras sugerentes. Así, el recuerdo de los paseos con el abuelo se ilustra con una señal de tráfico de bicicletas; la edad de este nos la muestra una señal de velocidad máxima, o la vida y la pasión el as de corazones.

Un hermoso libro que nos demuestra cómo los ojos de un niño pueden darnos lecciones de sentido común a través de la imaginación y la inocencia. Porque, si mantenemos despierta al menos una parte de nuestra mente infantil, estas cualidades no están reñidas con la seriedad y naturalidad a la hora de tratar cuestiones delicadas.

lunes, 7 de julio de 2014

El árbol de los recuerdos

El árbol de los recuerdos Britta Teckentrup (Nube8 ediciones y Pepa Montano editora)
Edad: +3



Zorro, después de una vida larga y feliz en el bosque, está cansado. Llega a su lugar favorito, se tumba, observa el bosque por última vez y se queda dormido para siempre. A partir de este momento, sus amigos se acercan, lloran su pérdida y, acto seguido, todos comienzan a recordar los momentos compartidos con nostalgia y alegría.
El texto trata el tema de la muerte con mucha naturalidad y ternura. Está escrito pensando en los más pequeños. Quizá por eso la autora se permite en ocasiones incluir, a través del narrador, algunas aclaraciones y comentarios que pueden sonar reiterativos.

Destaca la sencillez del lenguaje y cómo aborda el tema del duelo. Los animales, nos dice, “permanecieron silenciosos mucho tiempo”. Esta indefinición nos señala cómo el duelo no puede acotarse temporalmente. En estas cuestiones las matemáticas no funcionan. Cada cual necesitará un plazo para asumir la pérdida del amigo. Lo importante es dárselo y acoger los sentimientos que aparezcan sin rechazarlos. No dejar que pase, sino pasarlo. Vendrá como el invierno y se irá como este al llegar la primavera. Este cambio de estación es el recurso con el que la autora, a través de las ilustraciones, refuerza la idea. Son dibujos cálidos, incluso en las escenas invernales, planos y muy expresivos, que recuerdan a un collage y complementan la poesía del texto. Palabra e imagen potencian la idea de que la muerte es una parte imprescindible del ciclo de la vida y no tiene por qué ser una despedida para siempre. Porque si nosotros queremos, nadie se va del todo.

viernes, 16 de mayo de 2014

Si no despierto

¡Calentita! Mi reseña de "Si no despierto". Imagina que solo te queda un día de vida. ¿Qué harías? ¿A quién besarías? ¿hasta dónde llegarías para librarte de morir? 

Sam es una chica popular, con la connotación que esa característica tiene en un instituto norteamericano, según se han encargado de mostrarnos teleseries como Monster High o Violetta. Forma parte de ese grupo de elegidas a las que todo se les permite, frívolas y crueles, capaces de destrozar la reputación de cualquiera que se atreva a llevar su misma funda de móvil. Confieso que este inicio me echó para atrás. Pero la insistencia de mi amiga Carlota me hizo dar una segunda oportunidad a esta historia.
Otra cosa que me hizo recelar fue el paralelismo nada disimulado con el planteamiento de El día de la Marmota (Groundhog Day, en España Atrapado en el tiempo), la película de Harold Ramis que se convirtió en icono del déjà vu.

No obstante, el hecho de ser una historia de High School hace que resulte muy atractiva para el público adolescente. Encontraremos romances, celos entre amigos, fiestas, rencillas, bravuconadas, enamorados pacientes y amantes inexpertos... Eso si, si alguien se acerca a este libro solo con la pretensión de leer una historia romántica y frívola disfrutara de las primeras sesenta páginas y se arrepentirá de leer el resto. Pero puedo asegurar a ese lector hipotético que si le da una oportunidad, no saldrá defraudado...

lunes, 5 de mayo de 2014

Mi chica fantasma

Mi chica fantasma
Tamsyn Murray
Maeva Young (+14)
2013
Publicada en Revista Adiós nº104

Si le preguntásemos a un adolescente: ¿qué te llevarías a la otra vida?, la lista probablemente sería larga. Lucy Shaw tenía 15 años y no pudo responder a esta pregunta. La asesinaron en un retrete público de Londres. Y cuando “despierta” en el lugar donde la han matado, descubre que entre los fantasmas, las cosas son igual que entre los vivos, pero más pálidas.
Ellos también son acosados, se enamoran, presumen, chatean con el móvil, clasifican a los demás por su ropa o por sus gustos musicales. Lucy se da cuenta de que su viaje no ha terminado. Está en un lugar de transición, en el que se se encuentra relativamente a gusto y no parece dispuesta a renunciar a esa comodidad. Menos aún ahora que empieza a hacerse un sitio en esta nueva realidad.

Envuelta en acción, sarcasmo, amor juvenil e ironía, la historia permite una lectura amena y a la vez reposada, donde emergen temas universales del imaginario juvenil: el miedo a la soledad, a no ser aceptado o reconocido, a perder tu estatus... El miedo, en definitiva, a las “pequeñas muertes”, a cerrar etapas, a arriesgarse a abandonar lo que nos da seguridad, a lo desconocido, a soltar lo que ya no nos toca.


La realidad fantasmagórica donde Lucy y sus amigos existen, que no es la vida pero tampoco es la muerte, les facilita asumir todo esto. Y leer sus dudas, sus decisiones y temores nos permite a nosotros descubrir la necesidad de gestionar el dolor y la pérdida; lo importante que es solucionar los problemas antes de que te desborden; que hay situaciones que parece que no tienen marcha atrás y a veces esconden una segunda oportunidad. Y, sobre todo, que podemos estar tranquilos porque lo verdaderamente importante, lo que merece la pena, permanece más allá de más allá de la muerte.

jueves, 20 de marzo de 2014

¿Cómo es posible??!

¿Cómo es posible??!
La historia de Elvis
Peter Schössow
Loguez Ediciones (+6)
2006



El interrogante del título de este álbum ilustrado suele ser la primera reacción ante una pérdida. La niña protagonista de esta historia acude al parque arrastrando su pena y su rabia dentro de un bolso rojo chillón. Un grupo de personajes comienzan a seguirla: un ser alado, un oso de peluche, un perro, un hombre pequeño con una gran maleta, una mujer “larga” y un hombre jugando al yo-yo. Son seres que se preocupan por ella y pueden interpretarse como “su historia”, el imaginario de las diferentes etapas de su vida infantil. Nadie parece verla salvo esa extraña troupe. Solo ellos y la niña destacan en lo dibujos por sus colores fuertes. El fondo de las escenas y el resto de personajes aparecen en un segundo plano casi como marcas de agua. Hasta que grita: “¿Cómo es posible?!!” Entonces, la ilustración parece despertar. Esto se repite tres veces hasta que la mujer larga le pregunta qué le sucede y la niña, primero enfadada y luego llorando, les muestra la pena y la rabia que guarda en el bolso.


El texto y la ilustración se complementan y apoyan para contarnos esta historia tierna, con toques de imaginación y de absurdo que seguro emocionará y hará sonreír a niños y mayores, y que integra la pérdida de un ser querido -sea este quien sea- como un paso más en el crecimiento y una oportunidad para la madurez. Después del duelo y la despedida nos quedamos con la seguridad de que, a partir de ahora, Elvis va a formar parte de la galería de experiencias de vida que acompañará a la protagonista de esta historia y a la que podrá acudir cuando necesite consuelo y paz interior.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Esmeralda

Esmeralda. Rumbo al Horizonte.
Macmillan. 2011
Edad: +7
Reseña publicada en Revista Cultural Adiós nº103 (nov-dic 2013)

Todas las madres conocen lugares mágicos. No hace falta que hayan nacido al otro lado del océano, o que te regalen un huevo de drak. Aunque hay que reconocer que eso ayuda. Y todas dejan regalos cuando se van, ya sea de viaje, ya para siempre. Lina ha perdido a su madre hace dos meses, es lo primero que nos cuenta este cómic de Sara Rojo, pero ya no está triste todo el día. Además de su padre y la Srta Menta, tiene con ella a Esmeralda, una lagartija muy especial, con la que vivirá aventuras y viajará con un pie en el territorio de la imaginación, y otro en el de la realidad de la difícil adaptación a la ausencia. Un viaje interior y real "Rumbo al Horizonte", como reza el sugerente título del libro, que no termina en este tomo, pues existe una segunda parte: Esmeralda en los Mares Australes, y esperamos que pronto haya otros títulos que completen la travesía de esta niña y su mascota.
Es una historia de texto limpio y sencillo. Su principal logro es el tono infantil nada afectado con el que Lina cuenta directamente su experiencia y su visión del mundo antes y después de la pérdida de su madre. Los niños y niñas empatizarán fácilmente con esta pequeña inquieta y resolutiva y con su mascota. Las viñetas son muy expresivas y alternan los colores vivos y alegres de la historia en tiempo presente con los tonos más oscuros y uniformes, pero igualmente cálidos, de los recuerdos de Lina. No son muchas las idas y venidas en el tiempo, y esta alternancia de tonos facilita el seguimiento de la historia a los lectores más pequeños.
Con la relación entre la niña y Esmeralda, el pequeño drak/lagartija que da título a esta historia, la autora nos transmite cómo los recuerdos de un ser querido que ya no está pueden ayudarnos a no estar tristes. En su mascota, Lina encarna la memoria de su madre, conecta con su recuerdo y, junto a ella, toma importantes decisiones que la ayudarán a madurar en esta y, esperamos, en próximas aventuras.

Y es que las madres son capaces de hacer de cualquier situación algo mágico, poderoso y entrañable.
Pincha en el título y consulta las primeras páginas de Esmeralda: Rumbo al Horizonte y Esmeralda: En los Mares Australes

domingo, 16 de febrero de 2014

Eleanor&Park


Al hablar de esta historia hay que empezar con un aviso a navegantes: Este es un libro lento, deliciosamente pausado y tranquilo. Una historia que respeta el paso que llevan sus personajes, que necesitan aceptarse y reconocerse a ellos mismos antes de entregarse al descubrimiento del otro. El libro nos lleva por una relación que evoluciona sin prisas, con calma, en un ambiente de tranquilidad (in)tensa. En paralelo, vemos como Eleanor tiene que enfrentarse a una dura situación familiar, el rechazo en el instituto y, poco a poco, junto a Park, deshacen sus corazas y juntos van perdiendo el miedo a ser felices...
Podéis leer más de esta reseña en la web de la Fundación Cuatrogatos

jueves, 6 de febrero de 2014

Bajo la misma estrella

Hace unos meses que colaboro con la revista Adiós, llevando la sección de reseñas de Literatura Infantil y Juvenil.
Se trata de una revista cultural que gira alrededor de la muerte en el arte, la literatura, el cine... y la vida, por supuesto. Desde anécdotas hasta reflexiones o pasajes históricos, pasando por críticas de cine, poesía o recomendaciones de libros. De vez en cuando iré colgando mis recomendaciones en el blog. Empezamos hoy con un libro juvenil: Bajo la misma estrella
Bajo la misma Estrella
John Green
Nube de tinta, 2012
Edad: +16
Hazel y Gus son dos adolescentes con cáncer que, lejos de desesperarse por su situación, viven con dolor, ternura, rabia y una aguda ironía. Viven, en definitiva, con intensidad. Conscientes de que tienen la muerte a la puerta, deciden cumplir el último deseo de Hazel: conocer a un extravagante y autodestructivo escritor. Para ello, viajarán a Ámsterdam y vivirán emociones siempre intensas, a veces desgarradoras.
Este no es un libro sobre el cáncer juvenil. Ni siquiera es una historia de superación. Desde su rebeldía adolescente y la madurez que da ver cerca el final del camino, Hazel y Gus nos muestran que las ganas de vivir y la felicidad no consisten en tener una vida perfecta según los cánones y estereotipos tradicionales de bienestar. Saber que podemos morir en cualquier momento puede ser el acicate que nos haga vivir con mayor intensidad, lucidez y conciencia los buenos momentos, la alegría, el cariño... pero también el dolor, la pérdida, la frustración.

Un libro lleno de emociones, con todos los alicientes para enganchar no solo a los jóvenes: una historia de amor; frases y reflexiones agudas y profundas, de esas que es cuesta contenerse y no tuitearlas; humor; rebeldía; vitalidad. Hazel y Gus ven en la muerte cercana una maestra que les hace vivir “Como si hubiéramos estado juntos una breve pero infinita eternidad”. Y es que “Hay infinitos más grandes que otros infinitos”.