Al hablar de esta historia hay que empezar con un aviso a navegantes: Este es un libro lento, deliciosamente pausado y tranquilo. Una historia que respeta el paso que llevan sus personajes, que necesitan aceptarse y reconocerse a ellos mismos antes de entregarse al descubrimiento del otro. El libro nos lleva por una relación que evoluciona sin prisas, con calma, en un ambiente de tranquilidad (in)tensa. En paralelo, vemos como Eleanor tiene que enfrentarse a una dura situación familiar, el rechazo en el instituto y, poco a poco, junto a Park, deshacen sus corazas y juntos van perdiendo el miedo a ser felices...
Podéis leer más de esta reseña en la web de la Fundación Cuatrogatos
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