Ahora que la vida vuelve a sus rutinas. Ahora que estamos un poco más rellenitos, que hemos cambiado o hecho crecer el contenido de nuestro armario, que estrenamos perfume, que aún saboreamos la ilusión y los saltos de los pequeños entre papeles de colores.
Ahora que los restos de dulces que quedan en las alacenas nos van a hacer retrasar alguno de nuestros compromisos de Año Nuevo, que los días empiezan a ser algo más cuesta arriba, que ha vuelto el fútbol, que los árboles, adornos y Belenes vuelven a hibernar en el trastero.
Ahora que toca empezar cuaderno nuevo, pasar los cumpleaños a la nueva agenda o dar una nueva oportunidad al Outlook/Google o lo que sea, sacar punta a los lapiceros, acabarse el culín de vino que quedó de la última celebración.
Ahora, digo, os llega mi felicitación de Año y Navidad Perenne con el compromiso de ser menos perezoso y despistado el año que viene y el deseo de vivir, que la vida va.
(Pero, por si algo impide que lo sea, aprovecho para felicitaros el carnaval, la Pascua y el solsticio)
Besos frescos, recién estrenados.
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